Tite Curet Alonso
Compositor
Fecha de nacimiento: 12 de febrero de 1926
Lugar: Guayama, Puerto Rico
Nació en el barrio Hoyo Inglés del municipio de Guayama. Su madre era costurera; su padre músico de la orquesta de Simón Madera y profesor de español. Ante la separación de sus progenitores, Tite se mudó con su señora madre a Barrio Obrero en San Juan. Según contaba, cuando le solicitaba dinero a su padre, éste le devolvía la carta con la debida corrección de acentos y con el pedido cumplido.
Su carrera en la música comenzó con educación básica en teoría y solfeo con el profesor Jorge Rubián. Mas fue precisamente en 1965 cuando dio sus primeros pasos en el cancionero al componer en Nueva York varios temas para Joe Quijano.
Tres años más tarde, Tite compuso la canción "El gran tirano" para el bolerista cubano Roberto Ledesma. La no utilización del número por parte de éste le dio la oportunidad de adaptar la canción, en una versión femenina, para la legendaria cantante La Lupe. "La tirana" reafirmó la fama de la intérprete y convirtió al maestro Curet en una sensación del pentagrama popular. Con el éxito en la mano y rematando la conquista con "Carcajada final" y "Puro teatro", la carrera del compositor guayamés comenzó a despuntar en grande.
Con la efervescencia del éxito momentáneo, en 1969 sus composiciones regresaron a primeros lugares de las listas a son de bolero. De esta forma, Los Andinos popularizaron "Detuve el reloj", el trío Los Condes se anotó un acierto con "Brujería", y el inolvidable Tito Rodríguez convirtió en clásicos "Tiemblas" y "Don Fulano".
Al primer asomo de la década de 1970 la reconquista afroantillana convirtió a Tite Curet Alonso en uno de los compositores boricuas de mayor demanda en la salsa. Su agudo sentido de la observación y su dominio de la temática popular lo llevó a legarnos obras como "Las caras lindas de mi gente negra" y "De todas maneras rosas" grabadas por el sonero Ismael Rivera, "Periódico de ayer" interpretada por Héctor Lavoe, "Plantación adentro" compuesta para Rubén Blades, "La esencia del guaguancó" cantada por Pete "El Conde" Rodríguez y "El prestamista" y "Pa' los caseríos" producidas para el maestro Rafael Cortijo.
En otros logros respetables, Tite le dio a Willie Colón el éxito "Piraña" y a Ray Barretto "Testigo fui" y "Vale más un guaguancó". Sin embargo, en toda su fecunda cosecha tropical la producción que realizó junto a Jerry Massucci para marcar el regreso de Cheo Feliciano a la canción fue un proyecto histórico que engendró clásicos como "Anacaona", "Mi triste problema", "Pa' que afinquen", "Si por mi llueve" y "Franqueza cruel".
Simultáneamente, su versatilidad musical le llevó más allá de la salsa para incursionar en otros géneros como compositor. Así, en la balada produjo "Tema de Nilsa" que le grabara Johnny Olivo. En el campo rítmico del pop la vedette Iris Chacón convirtió "Mi movimiento" en su carta de presentación. En el merengue Tite creó para Los Hijos del Rey "Yo me dominicaniso". En la etapa del neofolklore le dio a para Tony Croatto el mensaje social de "A pico y pala" y el pegajoso "Cucubano"; tema que posteriormente grabó el quinteto internacional Menudo, y que también contó con una versión disco en español e inglés. Del mismo modo, sus composiciones navideñas han formado parte del repertorio de innumerables cantantes y grupos.
La obra musical del maestro Curet ha estado también presente en competencias internacionales. Como ejemplo, Los Hermanos Castro interpretaron su composición en portugués "Y después del amor" en el Festival de Río. En Buga, Colombia, Irma Bruno obtuvo el primer lugar con "Deja al poeta cantar". En el Festival de la Salsa en Venezuela Tite llegó a la posición cimera con "Sal saludando", interpretado por Cheo Feliciano.
En su labor como letrista, Curet Alonso ha trabajado versiones al español de numerosos temas internacionales como "Candilejas" de Charlie Chaplin, "Si yo fuera rico" del musical "El violinista en el tejado", la balada "Hoy daría yo la vida" así como las primeras canciones que grabó Nelson Ned en nuestro vernáculo. Del mismo modo, sus composiciones han formado parte de la banda sonora de películas como "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "Bad Habits" y "Godfather II".
Junto a su labor como compositor, Tite Curet desarrolló una extensa carrera periodística a través de publicaciones como Variedades, Estrellas, El Mundo, El Reportero, Vea, El Vocero y Primera Hora. Publicó el libro "De la vida misma", así como mantuvo por años el programa semanal "Tropicalísimo" en Radio Universidad.
A su partida del plano físico, acaecida el 5 de agosto de 2003, el pueblo se volcó en las calles en expresión de duelo. Por años sus canciones quedaron fuera de la radio debido a una controversia con su entonces casa editora. Tras un intenso litigio en enero de 2009 unas 700 canciones de su autoría fueron liberadas.
Un año antes, su obra musical fue analizada en el libro "Tite Curet Alonso: Lírica y poesía" de la folklorista Norma Salazar. Mientras el Banco Popular le dedicó su producción de 2011 titulada "Sonó, sonó… Tite Curet". Sobre la mesa queda la producción inédita "La poesía negrista de Tite Curet Alonso", la cual fue grabada en 2002 bajo su supervisión por Norma Salazar y el grupo Plenibom para la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Javier Santiago
Periodista y Director Ejecutivo
Fundación Nacional para la Cultura Popular
Catalino Curet Alonso fue uno de los compositores puertorriqueños más prolíferos del pentagrama popular. Su extensa cosecha musical, pródiga en clásicos discográficos y en difusión, lo convirtieron en uno de los autores que más canciones llevó al primer lugar de las listas de éxitos en el Caribe.
Nació en el barrio Hoyo Inglés del municipio de Guayama. Su madre era costurera; su padre músico de la orquesta de Simón Madera y profesor de español. Ante la separación de sus progenitores, Tite se mudó con su señora madre a Barrio Obrero en San Juan. Según contaba, cuando le solicitaba dinero a su padre, éste le devolvía la carta con la debida corrección de acentos y con el pedido cumplido.
Su carrera en la música comenzó con educación básica en teoría y solfeo con el profesor Jorge Rubián. Mas fue precisamente en 1965 cuando dio sus primeros pasos en el cancionero al componer en Nueva York varios temas para Joe Quijano.
Tres años más tarde, Tite compuso la canción "El gran tirano" para el bolerista cubano Roberto Ledesma. La no utilización del número por parte de éste le dio la oportunidad de adaptar la canción, en una versión femenina, para la legendaria cantante La Lupe. "La tirana" reafirmó la fama de la intérprete y convirtió al maestro Curet en una sensación del pentagrama popular. Con el éxito en la mano y rematando la conquista con "Carcajada final" y "Puro teatro", la carrera del compositor guayamés comenzó a despuntar en grande.
Con la efervescencia del éxito momentáneo, en 1969 sus composiciones regresaron a primeros lugares de las listas a son de bolero. De esta forma, Los Andinos popularizaron "Detuve el reloj", el trío Los Condes se anotó un acierto con "Brujería", y el inolvidable Tito Rodríguez convirtió en clásicos "Tiemblas" y "Don Fulano".
Al primer asomo de la década de 1970 la reconquista afroantillana convirtió a Tite Curet Alonso en uno de los compositores boricuas de mayor demanda en la salsa. Su agudo sentido de la observación y su dominio de la temática popular lo llevó a legarnos obras como "Las caras lindas de mi gente negra" y "De todas maneras rosas" grabadas por el sonero Ismael Rivera, "Periódico de ayer" interpretada por Héctor Lavoe, "Plantación adentro" compuesta para Rubén Blades, "La esencia del guaguancó" cantada por Pete "El Conde" Rodríguez y "El prestamista" y "Pa' los caseríos" producidas para el maestro Rafael Cortijo.
En otros logros respetables, Tite le dio a Willie Colón el éxito "Piraña" y a Ray Barretto "Testigo fui" y "Vale más un guaguancó". Sin embargo, en toda su fecunda cosecha tropical la producción que realizó junto a Jerry Massucci para marcar el regreso de Cheo Feliciano a la canción fue un proyecto histórico que engendró clásicos como "Anacaona", "Mi triste problema", "Pa' que afinquen", "Si por mi llueve" y "Franqueza cruel".
Simultáneamente, su versatilidad musical le llevó más allá de la salsa para incursionar en otros géneros como compositor. Así, en la balada produjo "Tema de Nilsa" que le grabara Johnny Olivo. En el campo rítmico del pop la vedette Iris Chacón convirtió "Mi movimiento" en su carta de presentación. En el merengue Tite creó para Los Hijos del Rey "Yo me dominicaniso". En la etapa del neofolklore le dio a para Tony Croatto el mensaje social de "A pico y pala" y el pegajoso "Cucubano"; tema que posteriormente grabó el quinteto internacional Menudo, y que también contó con una versión disco en español e inglés. Del mismo modo, sus composiciones navideñas han formado parte del repertorio de innumerables cantantes y grupos.
La obra musical del maestro Curet ha estado también presente en competencias internacionales. Como ejemplo, Los Hermanos Castro interpretaron su composición en portugués "Y después del amor" en el Festival de Río. En Buga, Colombia, Irma Bruno obtuvo el primer lugar con "Deja al poeta cantar". En el Festival de la Salsa en Venezuela Tite llegó a la posición cimera con "Sal saludando", interpretado por Cheo Feliciano.
En su labor como letrista, Curet Alonso ha trabajado versiones al español de numerosos temas internacionales como "Candilejas" de Charlie Chaplin, "Si yo fuera rico" del musical "El violinista en el tejado", la balada "Hoy daría yo la vida" así como las primeras canciones que grabó Nelson Ned en nuestro vernáculo. Del mismo modo, sus composiciones han formado parte de la banda sonora de películas como "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "Bad Habits" y "Godfather II".
Junto a su labor como compositor, Tite Curet desarrolló una extensa carrera periodística a través de publicaciones como Variedades, Estrellas, El Mundo, El Reportero, Vea, El Vocero y Primera Hora. Publicó el libro "De la vida misma", así como mantuvo por años el programa semanal "Tropicalísimo" en Radio Universidad.
A su partida del plano físico, acaecida el 5 de agosto de 2003, el pueblo se volcó en las calles en expresión de duelo. Por años sus canciones quedaron fuera de la radio debido a una controversia con su entonces casa editora. Tras un intenso litigio en enero de 2009 unas 700 canciones de su autoría fueron liberadas.
Un año antes, su obra musical fue analizada en el libro "Tite Curet Alonso: Lírica y poesía" de la folklorista Norma Salazar. Mientras el Banco Popular le dedicó su producción de 2011 titulada "Sonó, sonó… Tite Curet". Sobre la mesa queda la producción inédita "La poesía negrista de Tite Curet Alonso", la cual fue grabada en 2002 bajo su supervisión por Norma Salazar y el grupo Plenibom para la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Javier Santiago
Periodista y Director Ejecutivo
Fundación Nacional para la Cultura Popular
EL SONERO MAYOR
Ismael Rivera, "El Sonero Mayor", pintó con ese sonar tan suyo al pueblo puertorriqueño que tanto amó, al reafirmar con su cantar una identidad caribeña y afroantillana, la cual retumba en cada esquina del país. La magia de sus soneos, acompañada por una hechizante personalidad,
convierte a este intérprete en uno de los grandes de la música popular del país. El cantante estableció nuevas tendencias en la música puertorriqueña, a la vez que dio cátedra en el arte de la improvisación.
Hoy, al celebrar su octogésimo natalicio, sus familiares y amigos, recuerdan y celebran la vida del "Brujo de Borinquen", quien se mantiene inmortal a través de canciones como Mi negrita me espera, Cúcala, El negro bembón, Dime por qué, Incomprendido y Las caras lindas.
"Cuando escuchas la música de Ismael Rivera, tú puedes estar en cualquier lugar del planeta y te identificas como puertorriqueño. Su música resulta ser como una carta de presentación del puertorriqueño en el resto del mundo. Estoy bien claro que ése no fue su propósito, pero ha servido para eso", expresó Ismael Rivera, hijo.
Agregó que su padre fue un "puertorriqueño bragao", que se caracterizó por su talento, pero también por su humildad. "No podía ver una persona que necesitaba y no le gustaba otra cosa que no fuera ayudar. Era excesivamente desprendido y eso fue lo que vi y aprendí. Mi papá era una persona muy poco ortodoxa y una persona muy única", apuntó Ismaelito Rivera.
Esas lecciones de vida, Maelo las aprendió en la calle Calma en Villa Palmeras, donde se crió de la mano de su madre Margarita Rivera, mejor conocida como doña Margó. Cuando ésta se divorció del padre del cantante, Luis Rivera Esquilín, tuvo que trabajar en el hogar para ayudar a su madre y a sus cuatro hermanos menores. Fue así como se desempeñó como limpiabotas y albañil. Pero fue la música su gran pasión desde que era un niño. De adolescente, según recuerda Ivelisse Rivera, una de las hermanas del cantante, Maelo se la pasaba cantando boleros y le decía a su madre que se convertiría en artista.
"Mami le decía: 'Ay, mijo, perro flaco soñando con bistec' y le quitaba las esperanzas porque le decía que era pobre y negro para ser artista. Pero cuando él empezó a hacer sus pininos, es ella quien le dio la mano", contó Ivelisse sobre esa relación de Ismael con su madre, quien fue la creadora de varios de sus temas como Maquinolandera, Las ingratitudes y Chanita.
La vida artística de Ismael Rivera tomó forma al conocer a otro grande de la música puertorriqueña, Rafael Cortijo, quien fue su gran amigo y compadre. Ambos de Santurce -Cortijo de la parada 21 y Maelo de la calle Calma de Villa Palmeras- se la pasaban tocando e improvisando por los barrios santurcinos donde el repicar de los tambores era una constante. Ninguno se educó formalmente en música, sino que lo suyo era un talento innato cultivado por los sonidos y relatos de su cotidianidad.
"Papi consideraba a Cortijo como un genio artístico... Ambos sobresalen porque se nutren mutuamente. Creo que papi aprendió muchísimo de don Rafael y, al otro lado, Don Rafael también de papi. Estoy seguro que papi nunca consiguió un percusionista como Rafael y Rafael nunca consiguió un cantante como papi. Son dos carreras que están unidas por siempre", precisó Ismael Rivera, hijo.
Y es que fueron estos dos artistas los responsables de internacionalizar la bomba y la plena, haciéndola entrar a los salones de baile y conquistando con su sabor a personas de diversos estratos sociales. A la vez, crearon un performance musical al agregar coreografías, que no eran usuales en las orquestas de entonces. El sabor de Ismael Rivera se imponía en esas presentaciones, llevando esa esencia rítmica del barrio a diversos escenarios. Esas mismas características las siguió desarrollando cuando creó su banda a finales de los 60, Los Cachimbos, en la que una vez más rompió con las reglas establecidas al sonear por encima de los coros, siempre en clave, y mostrar un gran dominio de la polirritmia.
"Mi papá era un demigod, había algo de extraterrestre en él; estaba en otro plano, su plano de existencia era diferente... Si existiera un curso de cómo cantar como Ismael Rivera, no podríamos compararlo con ninguno que existe porque no se regía por las reglas establecidas", precisó Ismael Rivera, hijo.
La vida del Brujo de Borinquen estuvo marcada por el éxito, pero también por la sombra de las drogas. En 1962, es arrestado y acusado, junto a Rafael Cortijo, de posesión de drogas y ambos cumplen cuatro años de cárcel, condena que a muchos les pareció excesiva. Un tiempo después, Ismael Rivera, en un viaje a Panamá, se hace devoto de El Cristo Negro de Portobelo, a quien le entrega "su problema", como relató Ivelisse Rivera. Es al "Naza" a quien Maelo le dedica el tema El Nazareno, de la autoría de Henry D. Williams.
Pero más allá de su devoción al Cristo, Ismael Rivera se entregó por completo a su gente, a quien le cantó Las caras lindas, de Tite Curet Alonso, entre otros tantos temas que trascienden generaciones y fronteras.
Aun así, tanto el hijo como la hermana del Sonero Mayor, entienden que todavía no se ha hecho justicia a su legado musical y social. "El público es ingrato, y lo digo en términos generales, no quiero ser específico con el puertorriqueño o con los que le gusta la salsa o la balada. Voy a usar una frase de don Tite Curet que decía: 'Hay mucho amigos del éxito, el éxito le gusta a todo el mundo y mientras el éxito está contigo te valoran, te ven, dicen que te quieren, pero cuando el éxito te abandona, ellos se van con el éxito'. Lo que papi hizo por Puerto Rico y sigue haciendo aún en su desaparición no ha sido valorado de la manera que corresponde, y estoy prejuiciado porque soy su hijo, pero todavía quedan muchas cosas que decir y que hacer de lo que fue Ismael Rivera", opinó.
Ivelisse Rivera, por su parte, destacó que el pueblo sí lo valora, pero no el Gobierno que, a su entender, no le ha dado la atención necesaria a su legado.
"Si a lo mejor no fuera un cantante de bomba y plena, quizás lo valorarían más, porque acuérdate que esto nos identifica como país negro, país de una cultura africana y tú sabes que el racismo lo hay. Creo que el Gobierno quizás no se siente tan orgulloso de lo que Ismael hizo porque nos pone en primera plana como gente negra y gente pobre", puntualizó.
Ismael Rivera murió el 13 de mayo de 1987. Ese día su corazón paró, pero los latidos de su voz siguen retumbando en cada esquina de este pueblo que todavía reacciona ante ese grito inmortal de su ¡Ecuajey!
A bailar mi bomba
Mariela Fullana Acosta

